"Tamames se dedicó demasiado a cuestiones ideológicas"


Alejandro Fonseca: Desde por la mañana temprano, hasta el mediodía y sigue a estas horas de la tarde, asistimos a la moción de censura en el Congreso de los Diputados. Vox ha presentado una moción contra Pedro Sánchez y su ejecutivo y queremos comentarlo con David Rivas, amigo del programa, economista, profesor de la Autónoma de Madrid y que conoce muy bien a Ramón Tamames, el candidato de Vox, y parece ser que también su amigo. Buenas tardes, profesor.

David M. Rivas: Hola. Buenas tardes, Fonseca.

A.F.: Bienvenido a esta buena tarde. ¿Ha seguido con atención las intervenciones de esta mañana?

D.M.R.: Sí, seguí la sesión con mucha atención. Además no la seguí en solitario sino que vinieron a casa, a la aldea, dos compañeros míos de la Universidad de Oviedo, los dos doctores por la Autónoma como yo mismo y alumnos de Tamames. Vinieron a pasar el día conmigo Xosé Alba y David Matesanz. Buena compañía, buen desayuno, buena comida y llegaremos a la merienda. Estuvimos los tres y también mi mujer, Charo, siguiendo la sesión y comentando las jugadas.

A.F.: ¿Qué nos podría decir del asunto, del debate en general, de las intervenciones particulares y de ese candidato, Ramón Tamames, del que decía antes Monchi Álvarez que, dada su edad, aunque nadie pone en duda su capacidad, es extraño que opte a la presidencia del gobierno?

D.M.R.: De mano diría que es una moción de censura innecesaria. Como usted apuntaba, yo soy amigo de Tamames, le tengo un gran aprecio, lo mismo que él a mí, y trabajé con él muy estrechamente durante más de tres décadas. Como lo conozco muy bien tengo cierta benevolencia ante algunas decisiones suyas, no sólo esta. Cuando conoces y quieres a una persona comprendes sus decisiones, incluso las más disparatadas, pero eso no te lleva a justificarlas y menos a compartirlas. Creo que nunca debió prestarse a esta moción de censura, no tanto por la moción contra Sánchez en sí, sino por el partido que la sustenta. Es un error por parte de Tamames representar a Vox pero, una vez allí sentado, era de esperar algo más de su intervención. Yo esperaba mayor contundencia por su parte en el tratamiento de las cuestiones económicas, aunque la cosa se presentaba difícil, puesto que la economía española está en un momento comparativamente bueno, con referencia a otros países de nuestro entorno. Pero podría haber hecho un esfuerzo un poco mayor y meter el puñal en las zonas blandas, porque las hay. Dedicó demasiado tiempo, seguramente por su compromiso con Vox, a las cuestiones ideológicas, especialmente en sus referencias a la república y a la guerra civil. Podría haber despachado el asunto diciendo que no entraba en cosas de hace casi cien años y, bueno, no gustaría a algunos pero cubriría el expediente. Pero entró en lugares comunes de la propaganda franquista como eso de que la guerra empezó en octubre de 1934, que es, como poco, un error historiográfico y metodológico de cuidado.

A.F.: Vamos a detenernos en ese detalle, pequeño pero importante, de llevar el inicio de la guerra prácticamente al momento de la proclamación de la segunda república.

D.M.R.: Dijo dos o tres cosas que son ciertas: Largo Caballero se creyó Lenin, la república no fue un régimen idílico, hubo desórdenes y conflictos sin cuentos... Sí, pero Largo Caballero también estuvo en el Consejo de Estado de Primo de Rivera y los conflictos no fueron más durante la república que en los años de la monarquía. Tamames cedió demasiado terreno a un revisionismo histórico. Esa idea de que la guerra empezó en octubre de 1934 es una falsedad desde cualquier punto de vista. Y esa especie de equidistancia que mantuvo en su discurso sobre la guerra civil es una barbaridad conceptual, impropia del profesor riguroso que siempre fue. Equiparar a unos militares alzados con un gobierno legítimo es algo horrible. Evidentemente que hubo crímenes por todas partes, pero la república no lanzó consignas de exterminio como sí lo hicieron Franco y sus conmilitones. Además hay una máxima tradicional que nos dice que "el causante de la causa es la causa del mal causado". Fueron los sublevados los que iniciaron la guerra y a ellos debe imputárseles todos los crímenes, los suyos y los de los otros. También las ciudades alemanas sufrieron atroces bombardeos, saqueos y asesinatos, y no por eso a nadie se le ocurre poner en pie de igualdad a la Alemania de Hitler con la Inglaterra de Churchill o los Estados Unidos de Rossevelt. Y al acabar la guerra siguieron los crímenes durante cuarenta años. Y no es lo mismo la gente que sigue enterrada en las cunetas y en las fosas comunes que quienes, seguramente personas mui dignas en su mayoría, fueron sepultadas con honores y veneradas hasta el día de hoy. Este es el asunto que más me dolió de su intervención, un dolor personal, pero un dolor por mí y también por él, por lo que significó en la historia de la democracia y en la construcción de la universidad.

A.F.: Tamames había insinuado estos últimos días que se separaría del discurso de Vox, cosa que, finalmente, no hizo. 

D.M.R.: Yo ahí sería un poco más comprensivo. La edad pesa. No debió calibrar muy bien el desgaste que supone para un hombre de noventa años aguantar seis horas de debate frente a personas de cuarenta o cincuenta. A veces me daba la sensación de que no oía bien. Además, seguir el discurso de Sánchez es difícil. A mí no me gusta el estilo del presidente pero es eficaz, saca mucho partido incluso a las cosas más nimias. De hecho Tamames  se irritó con el larguísimo discurso de Sánchez. La verdad es que nunca aguantó una reunión de más de dos horas, ni siquiera hace treinta años. Yo lo entiendo. Me parezco a él en algunas cosas. Pero en las réplicas pareció revitalizarse un poco. Se le notaba cansado, a veces como abstraído, podríamos pensar que meditando: "¿para qué me metí en esto?".  Yo lo veía en televisión y lo pensaba; "profesor, ¿por qué te prestaste?". Seguramente le pudo esa extraña combinación de sentido del deber y de ego mayúsculo, una combinación que induce al error con facilidad.

A.F.: La intervención de Santiago Abascal fue muy corta, o al menos yo esperaba que empleara más tiempo, lo mismo que la de Tamames, muy inferior a esos treinta folios que se filtraron a la prensa. Por no hablar, no lo hizo ni del adelanto de las elecciones. Por lo contrario, el presidente y la vicepresidenta se toman en serio la moción de censura, aunque para muchos no era seria.

D.M.R.: Es verdad, pero yo me preguntaría si algo es serio en el parlamento español desde hace años. Ésta moción puede que sea absurda, de hecho lo es, pero, ¿hay algún debate en el parlamento español que no sea absurdo? Todo es una exposición de eslóganes y mantras. De mano, teóricamente, una moción de censura ha de ser constructiva, según la normativa constitucional de este reino. ¿Fué constructiva la de González, la de Hernández Mancha, la anterior de Abascal? Todas condenadas al fracaso. Y la de Sánchez saldría adelante pero tampoco era constructiva según nos dice la doctrina constitucionalista. ¿Van a contarnos ahora que la comedia acaba de llegar hoy, 21 de marzo, al Congreso? ¡A ver si va a resultar que el despropósito y la inanidad los llevó al hemiciclo un anciano medio chiflado un martes de marzo...! Y la respuesta del presidente del gobierno y, sobre todo, la de la vicepresidenta, ¿tenían que ver algo con una moción de censura? Los cuatro hablaron de sus asuntos, como es lo habitual en la política española. Espero que Aitor Esteban eleve el tono. Hace años que vengo diciendo que lo único medianamente serio del Congreso es el PNV. Tal vez Sánchez dio más en la diana. Yo creo que, aunque falta todavía una tarde y una mañana de discursos, que no de debates, Sánchez es el gran ganador de esta confrontación. Yolanda Díaz, articulando muy bien, me pareció de una sobreactuación un tanto histriónica. ¿Estaba respondiendo a una moción de censura? No: estaba dando el primer mitin de su candidatrura al frente de Sumar. Si me sorprendió para bien que el tono fue un tanto distendido. El gobierno no hizo sangre en el candidato, pudiendo haberlo hecho. La eficacia parlamentaria de Sánchez es muy grande. A mí me gustó Yolanda Díaz, aunque sobreactuó, como decía antes. Es verdad que Díaz tenía una ventaja: Tamames, que, queramos o no, tiene su corazoncito, se enfrentaba a una mujer firme, buena parlamentaria y... que viene del Partido Comunista. Tamames siempre abominó del PSOE y minusvaloró a sus dirigentes, pero nunca hizo eso con los comunistas. Que le pongan a caer de un burro un socialista, un nacionalista catalán, uno del PP, le da lo mismo. Pero que lo haga una mujer joven que viene de su mismo partido le duele particularmente. De hecho, es el único político que abandonó el partido y nunca se manifestó como anticomunista. Esta apreciación me la permito porque lo conozco muy bien.

A.F.: ¿Le queda algo en el tintero al profesor Rivas?

D.M.R.: Quizás un par de cosas. Me llamó la atención la poca consideración que le dieron a la Unión Europea. La mayor parte de nuestra vida cotidiana pasa por normativas europeas y lo despacharon en dos minutos. Tamames es un europeísta desde los años cincuenta. Ya su tesis doctoral fue sobre el entonces Mercado Común cuando en España se salía de la autarquía. Y enfrente tenía al gobierno teóricamente más europeista que tuvimos. Tal vez Nadia Calviño, otra vicepresidenta, hubiera sido mejor para este asunto, pero el plan ante el año electoral es otro. También la guerra de Ucrania quedó al margen. Es una guerra nuestra, aunque no mandemos tropas. Es una guerra a las puertas de Europa. Sí que alguien deslizó las simpatías por Putin de la gente de Vox y, particularmente, de Abascal, como del otro lado hablaron de la posición antibelicista del sector gubernamental de Podemos en favor de Rusia, pero todo como charletas de bar. Tampoco nada se habló de educación, de la universidad, de la innovación, de la ciencia. Y eso con un gobierno que presume de transiciones tecnológicas y energéticas, de escuela y de investigación, así como también con un censurante que es catedrático de universidad. Todo es un tanto disfuncional, atrabiliario.

A.F. Muchas gracias a David Rivas por sus apuntes de urgencia. Aún queda día y medio de debate.

D.M.R.: La semana que viene estaré en Madrid y veré a Ramón Tamames. Yá me contará. Supongo cuál va a ser su balance de todo esto y creo no equivocarme. Y desde el aprecio personal le diré, como le dije hace un mes, que todo resultaba un error y un despropósito. 


Entradas populares de este blog

"Las corridas de Gijón fueron un intento de atraer al rey"

"El problema d'Asturies ye'l propiu d'una sociedá ayenada"

Agora'l tren de la bruxa Cremallera