"La influencia portuguesa en el mundo es muy superior a lo que se cree"


 

Alejandro Fonseca: Una casa portuguesa. Estamos en esta segunda hora de programa para hablar, Monchi Álvarez, con David Rivas. Buenas tardes.

Monchi Álvarez: Hola.

David M. Rivas: Buenas tardes, bona tarde.

A.F.: ¿Cómo está, profesor?

D.M.R.: Bien, muy bien, como siempre.

A.F.: Hay muchas novedades en economía y tenemos que ponernos un día a comentarlas. No se va usted a escapar.

D.M.R.: Cuando quieran.

M.A.: El profesor Rivas vale para todo, lo que pasa es que a este programa, como vale para todo, lo traemos a hablar de muchas cosas y casi nunca de economía.

D.M.R.: Sí, es cierto. Recuerdo que cuando empecé a venir por estos micrófonos, de vez en cuando ya con Patricia Serna y ya con más asuiduidad con ustedes dos, hablaba de economía. Eran los momentos más duros de la crisis de hace diez años.

M.A.: Es que David Rivas, como saben los oyentes, es profesor titular, ya jubilado, de estructura económica. Bueno, no lo traemos a hablar de economía pero de vez en cuando nos la cuela. Es para él inevitable.

A.F.: Un día de estos hablaremos de economía con David Rivas, pero hoy toca Portugal, que nos hace más felices, porque cuando uno habla de economía, no sé por qué, Rivas, siempre suele ser para dar alguna mala noticia.

D.M.R.: Generalmente sí, aunque yo, pese a que soy bastante crítico, suelo ser un tanto optimista, siempre dentro de lo que cabe.

A.F.: Bueno...

M.A.: No queda muy convencido Fonseca... 

A.F.: No, no es eso. A ver si tenemos esa ocasión de hablar de economía y ver un poco el lado positivo de las cosas. Pero vayamos ya a Portugal, a esta casa portuguesa de cada martes.

M.A.: Portugal, ¡qué bien suena! ¿De dónde viene el nombre, profesor?

D.M.R.: Tiene un origen muy interesante, el de un pequeño asentamiento en la desembocadura del Duero, que era conocido en latín como Portus Cale. No está muy claro si procede de calidum, con lo que sería un puerto cálido, o de calix, que entonces sería un puerto de piedra caliza o en el que se manejaba cal. Las tres opciones son posibles y yo no me atrevo a apostar por una. Es un asentamiento muy antiguo que lo podemos situar donde hoy se encuentra, más o menos, Oporto. Portus Cale dió en el siglo VI o VII en Portucale, después en Portucal y al final en Portugal. La primera notación de Portugal, tal y como hoy lo conocemos, es del siglo VIII. Los romanos hablan y escriben de ese Portus Cale, pero, como todo el mundo sabe, llamaron al país Lusitania, tomando el nombre de un pueblo del interior compuesto por los lusitanii. Es algo llamativo que un país, una nación, un imperio, tome su nombre de un asentamiento costero prerromano sin gran importancia.

M.A.: ¿Y Lisboa?, ¿de donde su nombre y su origen?

D.M.R.: Pues tiene una historia muy parecida porque hablamos de un pequeño asentamiento costero en la desembocadura del Tajo, exactamente igual al caso del Duero, del Portus Cale que acabó siendo Oporto. No es muy conocido el hecho de que Lisboa es la capital más vieja de Europa después de Atenas, es decir, que de todas las capitales actuales, la población más antigua, tras la Atenas helenística, es Lisboa. Tiene tres mil años, quinientos más que Roma. Pasó de un asentamiento pequeño a ser una de aquellas ciudades-factoría que levantaron los fenicios, que la llamaron Ulissipo. Más tarde fue ocupada por los griegos y después retomada por los cartagineses. Y hablo de retomar porque los cartagineses, en definitiva, eran los fenicios del norte de África. Los romanos la convirtieron en capital de Lusitania y, adaptando el nombre fenicio, la llamaron Olisipo, de donde derivaría Olisipoa y, al final, Lisboa. Durante la dominación árabe fue, simplemente, la ciudad, Al-Hama, que dejó su nombre en el actual barrio de Alfama. Pero los cristianos y los judíos portugueses siguieron llamándola Lisboa, lo mismo que los asturianos, los leoneses y los castellanos.

A.F.: También Portugal es uno de los países más viejos de Europa.

D.M.R.: No es que sea uno de los países más viejos sino que es la nación más vieja de Europa, el primer estado-nación, de cuando aún ese concepto no existía. Las fronteras de Portugal son hoy prácticamente las mismas que las de 1249. La única pérdida de cierta importancia fue la de las tierras de Olivenza en favor de España a finales del XVIII o principios del XIX. Otra cosa ya es ultramar y bastante antes, donde ganó tierras a España en América, perdiendo Ceuta y alguna isla canaria, pero conservando Azores, Madeira y Cabo Verde. El Portugal continental europeo es hoy el mismo que el Portugal de mediados del siglo XIII. España, cuyos gobiernos suelen presumir de ello, no logra eso hasta 1521 y, si apuramos, podemos retroceder a 1492.

A.F.: Apurando, apurando.

D.M.R.: Si consideramos que la monarquía hispana nace con Carlos I nos situamos en 1521, tras la guerra de la comunidades. Siendo más laxos podemos ir al matrimonio de los reyes católicos y la toma de Granada, aunque aún estaba por conquistar Navarra, que fue incorporada entre 1511 y 1514, según atendamos a unos documentos o a otros. Y siguió habiendo sublevaciones por todas partes, cosa que en Portugal no sucedió, hasta el siglo XIX. Es decir, en el mejor de los casos, España se unifica unos trescientos años después que Portugal.

M.A.: Sabemos y saben los oyentes que el profesor Rivas tiene muchas virtudes, pero un gran defecto: es anglófilo.

D.M.R.: Jejejé...

M.A.: Y esa ligazón tan firme entre Portugal y el Reino Unido, ¿de dónde viene?

D.M.R.: Portugal es históricamente un país de campesinos y de comerciantes, de comercio marítimo, pero nunca fue muy poderoso militarmente, entre otras cosas porque su base demográfica siempre fue reducida, en comparación con Castilla primero y con España después, o con Inglaterra o con Francia. De hecho, Shakespeare, no recuerdo poniéndolo en boca de qué personaje, escribe que "quisiera ser tan poderoso como el rey de España y tan rico como el rey de Portugal", diferenciando entre poder y riqueza, muy propio del gran dramaturgo. Eso hizo de la diplomacia uno de sus estrategias fundamentales, desde la edad media hasta el régimen posrevolucionario, pasando por Pombal y por la dictadura corporativista.´y, en esa estrategia, fue el Reino Unido su gran aliado. La alianza entre Portugal e Inglaterra data de 1373. Es el tratado internacional vigente más antiguo del mundo. Hablamos de 648 años, que no es poca cosa. Aquel tratado fue ratificado, por decirlo de alguna forma, con el cruce de sangres, cuando en 1387 Juan I de Portugal desposa a Felipa de Lancaster. Ese tratado es el que siempre invocó Portugal para defenderse de una mucho más poderosa Castilla. Ya lo comentamos en otra ocasión: la batalla de Aljubarrota supuso la victoria definitiva portuguesa por la contribución de un enorme grupo de arqueros ingleses y escoceses. Ese tratado fue también la base para la intervención de Londres en Portugal ante la invasión napoleónica, con la mayor presencia de tropas británicas en suelo continental, muy superior al número de soldados que movió en Waterloo. Desembarcaron en Portugal miles de soldados británicos, que también combatirían en España, cerca de la frontera, como en la batalla de Ciudad Rodrigo, ganada por británicos, portugueses y españoles al mando de Wellington. Pero es que ese tratado llevó a un Portugal pobre y mal armado a salir en ayuda del Reino Unido en la primera guerra mundial. Y en la segunda guerra, un Salazar fascista, la dictadura más larga del mundo moderno, cedió los aerodromos de las Azores a la RAF, lo mismo que hizo un gobierno socialdemócrata cuando la guerra de las Malvinas. Estamos hablando de una relación leal de casi siete siglos. La cosa va más allá de beber oporto, como recordábamos hace unas semanas, aunque no sea mala cosa.

M.A.: Como cosa buena eran los gintonic que tomaban los espías ingleses en la Lisboa de la guerra y de la posguerra.

D.M.R.: Sí, si... Y también conviene recordar que Portugal fue el imperio más duradero de la historia moderna y casi empatado con el antiguo imperio romano. Hablamos de un imperio que duró seiscientos años, seis siglos. El inglés fue de un poco más de un siglo y el español llegó a cuatro. Actualmente, los estados que pertenecieron al imperio portugués suman 53. Es verdad que, al ser un imperio de comerciantes y navegantes y no tanto de terratenientes, salvo en Brasil y Angola, más parecido al británico que al español, la huella arquitectónica, urbanística, de infraestructuras viarias, es más pequeña que la española, la gran competencia de la época gloriosa de ambos reinos.

M.A.: Y también grandes esclavistas.

D.M.R.: Portugal fue la primer potencia en organizar cacerías humanas en África para llevar mano de obra esclava al nuevo mundo. Lo hizo mucho antes que los demás países y organizó todo un entramado racional, desde el punto de vista económico, capitalista cuando el capitalismo estaba en mantillas. También es verdad que fue el primero en abolir la esclavitud, medio siglo antes que lo hiciera España, Estados Unidos, Francia o el Reino Unido. Es decir, que los portugueses tienen el baldón de haber iniciado aquel comercio brutal e inhumano y, a la vez, la virtud de darse cuenta antes que nadie de que aquel tráfico y aquella explotación tenían que ser suprimidos. La historia es como es, o como fue, y la historia de los imperios es particularmente gloriosa y cruel. Yo entiendo que haya gente muy antiyanqui, muy antiimperialista, pero creo que, si se puede, hay que conocer Estados Unidos, Nueva York, California, sus universidades, su cultura... Si yo fuera un astur del siglo I seguramente odiaría a Octavio Augusto y a los romanos pero, si fuera un hombre ilustrado, me hubiera encantado conocer Roma. A este respecto, la impronta cultural portuguesa no está muy reconocida, ni siquiera demasiado en el propio Portugal. El portugués es el sexto idioma más hablado del mundo, bien es verdad que por la enorme población que tiene Brasil. Portugal es un país pequeño y la mayoría de las que fueron colonias portuguesas tampoco son muy grandes, demográficamente hablando, aparte de que el portugués convive con otras muchas lenguas, lo que relativiza bastante las cosas. Pero se habla en los cinco continentes y es el único idioma que es oficial en cuatro de ellos. En todos los continentes, excepto Oceanía, hay países que tienen el portugués como lengua oficial. La lengua y la cultura portuguesas influyeron por todo el mundo mucho más de lo que se piensa. Tiene menos influencia que la española porque, al tratarse de imperios muy distintos, también su huella es distinta. El imperio moderno que más influyó en su mundo fue el español, sin duda, en América. Hubo emigración, se crearon ciudades, se fundaron universidades, la iglesia tuvo un peso extraordinario, los indígenas tenían más derechos, entre ellos el derecho a la educación y a la propiedad... Todo eso hizo que la lengua española, la de la administración, la iglesia, la universidad, se expandiera más que la portuguesa y, evidentemente, mucho más que la inglesa. Pero Portugal tiene una gran influencia cultural, en Brasil fundamentalmente, pero también en África y en Asia. Macao, la última gran colonia portuguesa, es un ejemplo claro. Yo estuve allí en un congreso hace unos años, cuando ya pertenecía a China. El chino es la lengua oficial. No sé cuál es el estatus del portugués pero, desde luego, la lengua de cultura es la portuguesa y, paralelamente, la que la mayor parte de la población considera, o consideraba entonces, como suya. Si lo comparamos con lo que pasa en Hong Kong, que también lo conozco, no tiene nada que ver. El inglés en Hong Kong es una lengua útil, te abre horizontes de trabajo, de relaciones, en las redes. Eso no sucede con el portugués de Macao. Y, como ya veo que el tiempo se nos acaba, querría llamar la atención sobre una anécdota. Seguramente no tiene gran importancia pero refleja ese impacto de la cultura portuguesa en el extremo oriente. Todo el mundo conoce la palabra japonesa arigato, que se emplea para dar las gracias. Pues procede de obrigado, que es como se dan las gracias en portugués. En japonés hay varias expresiones para agradecer, pero la que consideran más culta y honorable es arigato, o sea, obrigado.

A.F.: David Rivas y nuestro viaje por Portugal de cada semana, llevándonos hoy por una miscelánea de cultura, lengua e historia. Obrigado, profesor.

D.M.R.: Muito obrigado. Arigato.


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